Misiones y la Revolución de Mayo.


En 1805 la Junta de Fortificaciones y Defensa de Indias decidió que Misiones y Paraguay debían unirse bajo un mismo mando, para defender la frontera con Portugal. El comandante Tomás de Rocamora solicitó la separación e independencia.

"...el inicio del Siglo XIX encontró a las Misiones de guaraníes en un acelerado proceso de decadencia. Su población se había reducido a la mitad de quienes la habitaban al momento de la expulsión de los jesuitas, efectivizada en 1768. Pero a la crisis social y económica, se le sumó una grave crisis territorial, al fraccionarse el territorio por la invasión lusitana de 1801 que incorporó al Imperio de Portugal los Siete Pueblos al oriente del río Uruguay. Este curso fluvial quedó, de hecho, por la fuerza, como frontera entre España y el Imperio lusitano. Este hecho, sumado al proceso de decadencia que vivían los pueblos, agravó la situación político-administrativa de la provincia guaranítica.
Por Real Cédula de 1803 se había ordenado que Misiones constituyese una gobernación unificada, sin dependencia ni de Asunción, ni de Buenos Aires, como venía ocurriendo desde 1782 con la Real Ordenanza de Intendentes. Para efectivizar la decisión de una gobernación autónoma, el Rey nombró titular al Teniente Coronel don Bernardo de Velazco. En septiembre de 1805 la Junta de Fortificaciones y Defensa de Indias, organismo metropolitano, decidió que Misiones y Paraguay debían unirse bajo un mismo mando, prioritariamente militar, para defender mejor la frontera con Portugal. Bernardo de Velazco se hizo cargo el 5 de mayo de 1806 de la Intendencia del Paraguay, conservando su cargo de gobernador de Misiones. El Virrey Liniers, que conocía muy bien Misiones pues la gobernó entre 1803 y 1804 nombró el 2 de Mayo de 1808 como Comandante de Armas de Misiones a don Agustín de la Rosa, quién renunció muy poco después por desavenencias con Velazco. En esas circunstancias, el nuevo Virrey, don Baltasar Hidalgo de Cisneros nombró al Coronel Tomás de Rocamora al frente de Misiones, el 5 de diciembre de 1809. Este militar nicaragüense se había destacado en esos años por las luchas contra los minuanos y charrúas. Estando en Belén, pequeña población de la Banda Oriental en estas lides, se hace cargo de la administración misionera, en abril de 1810. De allí se dirigió a Yapeyú, donde estableció su sede. Allí lo sorprende la noticia de la Revolución de Mayo, casi un mes después, el 18 de junio de 1810. Ese mismo día contestó a la Junta Provisional de Gobierno expresando: “..mi reconocimiento a VE y contribuiré con cuanto a mí dependa, a propagar y mantener la uniformidad de los mismos sentimientos…”.
En ese momento los subdelegados de Misiones eran José de Láriz en Yapeyú, Pablo Thompson, en Concepción y Francisco Martínez Lobato en Candelaria. Este último, al recibir información de los acontecimientos del 25 de Mayo, convocó el 8 de julio a los corregidores y caciques de los cabildos de los ocho pueblos de su departamento para solemnizar el reconocimiento al nuevo gobierno. En la Sala Capitular de Candelaria estos representantes prometieron acatamiento al nuevo gobierno patrio. En Yapeyú, al día siguiente se realiza acto semejante con representantes de los pueblos de ese departamento.
El subdelegado de Concepción, Pablo Thompson, en tanto tuvo una actitud conspirativa contra el nuevo gobierno patrio reconociendo al Consejo de Regencia español como gobierno. Y en la propia sede del gobierno misionero, Yapeyú, a los pocos días del acatamiento al nuevo gobierno, Rocamora debió sofocar un levantamiento del subdelegado José de Láriz, en connivencia con el cura dominico de ese pueblo, Fr. Lorenzo Gómez.
Días previos, el Gobernador del Paraguay, Velazco en un Congreso Provincial reunido en Asunción el 24 de Julio resolvió reconocer al Consejo de Regencia instalado en Cádiz, como su máxima autoridad, no aceptando, por consiguiente a la Junta Porteña. De inmediato ordenó a Rocamora que siguieran su ejemplo.
La gravedad de la situación llevó a Tomás de Rocamora a solicitar, el 10 de agosto de 1810 que, “…se separe a esta provincia de Misiones, del mando y de toda relación de dependencia del Paraguay, pues mientras dure dicha relación, están estos departamentos comprometidos y azorados, entre dos mandos opuestos…”.
 Y razones no le faltaban a Rocamora para este pedido, pues el 19 de agosto, a instancias de Velazco, el subdelegado de Candelaria, Francisco Martínez Lobato realizaría una ceremonia idéntica a la del 8 de julio anterior pera esta vez para reconocer y jurar fidelidad al Consejo de Regencia español. Igual ceremonia se desarrollaba en Santiago, mientras el subdelegado de Concepción mantenía su postura inicial de no acatamiento a la Junta Porteña. Sólo Yapeyú, con Rocamora al frente se mantenía fiel al gobierno patrio en ese momento.
Mientras ello ocurría, Velazco, con una tropa de 600 hombres se establecía en San José desde donde reclamó la remisión de todo el armamento existente en los departamentos de Candelaria y Concepción. Al mismo tiempo ordenaba la captura de Rocamora, “para imponerle ejemplar castigo… por sedicioso perturbador público y traidor al Rey”.
Esta clara actitud bélica de Velazco llevó a que la Junta porteña ordenara el 16 de septiembre la total separación de Misiones de toda relación de dependencia del Paraguay. Así Misiones lograba, en medio de esta confusión  político-administrativa, el derecho a ser considerada una más entre las Provincias Unidas del Río de la Plata, al pasar a ser una entidad jurídico-política sólo dependiente del gobierno central de Buenos Aires".

Fuente: Diario El Territorio
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