Edición Julio de 2010 - Por Alcides Cruz
Luego de aquel fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Argentina sobre la tenencia de droga para el consumo personal, el debate continúa, y frecuentemente se publican artículos sobre el drama del paco y otras sustancias, amén de las constantes referencias de la delincuencia asociada a los estupefacientes y su vínculo con la "inseguridad". Equívoca para mi modo de ver, porque la raíz está en la INJUSTICIA SOCIAL.
El asunto de que la droga baje de precio en el mercado, valga menos porque es de algún modo libre es una arista que atañe a los que solamente se preocupan por los niveles multimillonarios que mueven los estupefacientes en nuestro país. Esta bien que se preocupen pero no por ello vamos a continuar con la política de la sábana corta.
Ya la Argentina tiene el abanico completo de sustancias tóxicas; se ha vuelto un centro internacional de importación de precursores y de exportación de alucinógenos a saber, por las cotidianas noticias de cargamento que van y vienen hacia los centros de consumo más adinerados del Planeta.
Nuestro país es ejemplo en la venta de drogas por delivery, en formas de reducción de pasta base que ha sumergido a los sectores más vulnerables de la población a una auto- liquidación.
Hoy podemos afirmar que estamos en lo que se denomina la Eutanasia social por medio de las drogas, el alcohol y otras adicciones.
A nuestro país lo están despedazando de a milímetros; los niños y los jóvenes en lo mejor de su edad van al delirio mental y a la muerte; lo único que se hace es mostrar por televisión el penoso espectáculo de la decadencia de chicas y muchachos.
Hay un marco cultural como primer aspecto. El país día a día es idiotizado por programas como Policías en Acción o las dos décadas de estupideces de Tinelli, las groserías o la violencia de la insana competencia como Hombre al Agua, los programas bailanteros apológicos de la lasitud social. Todas son supuestas geniales creaciones de inescrupulosos devenidos en productores de programas de entretenimiento.
Ni qué hablar - como señalamos hasta el cansancio - de la música villera, esa música carcelaria y promotora de la ruina cultural del ser humano. No hay escuela ni plan educativo - cultural que no resulte arrasado en dos minutos por esta "llave maestra" de la ruina social.
No hay sector social que escape a este flagelo instalado No solamente por negocio sino por razones de interés geopolítico. Es más fácil dominar a un país de infradotados por las drogas y otros vicios. Estamos bajo los parámetros de una "guerra química" que es, al fin y al cabo, otro plan estratégico.
El otro aspecto es la pobre visión sanitario- social - jurídico. Todos los "In" y los "Des" adjetivan perfectamente con la realidad que se vive: incongruencia, insolvencia, incapacidad, inoperancia o descontrol, desorganización, descoordinación, desarticulación...etc. No se trata de que una persona tenga 5 o 10 gramos de lo que sea; el fondo de la cuestión es el consumo reiterado que define e instala la adicción.
No hay en la República Argentina un sistema integrado, profesionalmente preparado para el abordaje de la problemática de la adicción; el sistema sanitario de todas las provincias deja mucho que desear; los presupuestos destinados para la rehabilitación de los adictos son insuficientes, por no decir exiguos en muchos casos. Un drogadicto es un inválido social mientras permanece sin tratamiento continuo; vigilancia permanente y asistencia sanitaria, educativa, laboral para su reinserción en la sociedad. No sirve la discusión de tratamiento ambulatorio o de parches asistenciales.
La gestión del Estado en sus diversos niveles es paupérrima; ¿será que los drogadictos o enloquecidos por la droga no votan? hay mas trabas que soluciones y zonceras de pato criollo. Pretender que con un 0800 se combate la tremenda tragedia de un ser humano que se droga es casi un chiste de mal gusto. Eso solamente sirve para la cuenta publicitaria de la agencia que prepara el aviso. Pedir un servicio de 24 horas y todo los días del año es prácticamente una utopía. El Sedronar tiene más preocupaciones sindicales que sociales o pugnas de caja que se evidenciaron en los diarios.
Hoy los adictos son abordados desde la siquiatría con ingentes cantidades de psicotrópicos y técnicas propias de las enfermedades mentales cuando en realidad la problemática es compleja y el tratamiento con medicamentos es solamente una parte de lo que se necesita.
Ha llegado la hora de que las autoridades sanitarias comprendan que la gestión de la drogodependencia No es solamente una oficina en el esquema de la administración pública, como ocurre en las provincias o un asunto llevadero por el carril de las Ongs- que tambien entraron en el juego del negocio del subsidio.
Como afirmé ya, habitualmente se descubren cientos de kilos de estupefacientes, pero casi nunca se atrapa a los narcotraficantes; solamente caen los transportadores; "las mulas o los giles", dirían en la jerga.
No sé si las medidas de seguridad fronteriza contra el narcotráfico son eficaces, si faltan medios y si hay corrupción; No sé si hay políticos o testaferros detrás de todo el negocio del narcotráfico; no sé si van o vienen, si ganan fortunas o reparten entre pocos o muchos.
Lo único que puedo pedir desde un medio de comunicación como este, es que se constituyan seriamente los recursos humanos, edilicios, financieros y que NOS dejen curar a nuestros hijos.
