Hacia 1830 el sur de las Misiones, entre el Aguapey y el Miriñay se hallaba despoblado. A partir de entonces el estado correntino mediante una firme política de tierras sustentada en el sistema de enfiteusis reocupó ese antiguo territorio misionero.
"...el territorio de las Misiones Orientales, donde los Jesuitas habían fundado siete pueblos (San Borja, San Miguel, San Lorenzo, Santo Angel, San Nicolás, San Luis Gonzaga y San Juan Bautista), fue ocupado a partir de 1801 por parte del Imperio portugués y consolidado su poblamiento a partir del otorgamiento de títulos de propiedad de grandes terrenos. Con el tiempo se creó allí, al igual que en la vecina Corrientes, un tipo de vida semifeudal que le dio ciertas características autonómicas tanto a la región occidente de Rio Grande do Sul respecto al Imperio lusitano, como a Corrientes en su relación con el Gobierno nacional. Culminadas las guerras con Andrés Guacurarí, el imperio luso-brasileño consolidó la frontera sobre el río Uruguay con la intención de avanzar más allá, sobre el viejo territorio meridional de las Misiones, abandonado por su gente después del período artiguista.
Pero al otro lado del Uruguay se encontró con la firme actitud de Corrientes, que también tenía sus pretensiones en el territorio desde el río Miriñay al norte. El estado correntino hacia 1830 era prácticamente el único que gozaba en el Litoral de cierta estabilidad económica y político-institucional. El poblamiento efectivo de Corrientes se fue concretando a partir de una coherente política territorial de sucesivos gobiernos desde fines del siglo XVIII. Para el momento de la disolución de las Misiones, en 1830, las fronteras interiores de esa provincia llegaban hasta el río Miriñay, donde se explotaban enormes estancias ganaderas con propietarios por lo general curuzucuateños.
Por ello, el proceso ocupacional que se dio en las Misiones del Sur, donde se habían fundado en épocas jesuíticas los pueblos de Yapeyú y La Cruz, despoblados totalmente hacia 1830, obedeció a una clara política de repoblamiento por parte del Gobierno correntino de Pedro Ferré.
La ocupación correntina se fundó en un decreto ordenado por el Director Supremo Gervasio Antonio de Posadas, en 1814, que incorporaba Misiones al estado correntino, dada su grave decadencia general, decreto que nunca se llevó a cabo merced a la ruptura de relaciones entre Artigas y el Gobierno directorial y la creación de la Liga de los Pueblos Libres, de la que formó parte Misiones. Pero la Sala de Representantes de Corrientes desempolvó ese documento en 1832 para darle cierta legalidad a la ocupación del espacio misionero meridional.
El poblamiento correntino fue precedido de la fundación de nuevos pueblos. En 1828, sobre la vieja estancia de La Merced, creada por Juan de San Martín en 1777, Corrientes fundó el puerto de Paso de los Higos, base de la actual ciudad de Monte Caseros. Ello le posibilitó a Corrientes poseer un puerto sobre el río Uruguay en momentos en que el comercio yerbatero abría enormes posibilidades. Un año después fue fundada Pay Ubre (actual ciudad de Mercedes) para consolidar el poblamiento cercano al Iberá y, en 1830, la vieja reducción jesuítica de La Cruz fue repoblada para afianzar el poblamiento al norte del Miriñay.
El sistema de distribución de tierras fue a través de enfiteusis o arriendos, mediante un cánon anual del 2%. Pero la enfiteusis no implicaba la adquisición en propiedad de esos campos, lo que quedaba como derecho del fisco. Este se beneficiaba con el cánon que recaudaba en forma anual y, geopolíticamente, con el afianzamiento de la ocupación de ese disputado espacio fronterizo. Recién cuarenta años después, nuevas leyes beneficiarían a los pioneros ocupantes de esos terrenos.
Promulgada la Ley de Enfiteusis en Corrientes, el 3 de julio de 1830, un lustro después, hacia 1835 gran parte del área de las antiguas Misiones del sur, entre el Miriñay y el Aguapey se hallaba ocupada por ganaderos correntinos en su mayoría antiguos pobladores del departamento de Curuzú Cuatiá.
Al norte del Aguapey el poblamiento efectivo se vio demorado un par de décadas más, debido al dominio militar ejercido por el Paraguay que había creado una ruta comercial entre Trinchera de San José y el Puerto Hormiguero, sobre las ruinas de la antigua Santo Tomé".
Fuente: Diario El Territorio.
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